…estoy
harto de todos estos hueones que dicen escribir, amar la literatura con su
pendejo discurso contracultural… son iguales a los tarados con que tuve que
lidiar en el colegio y después en la U… siempre lanzándote un salvavidas para
incluirte en sus conversaciones estériles… charlas en las que desde un
principio no quisiste estar…por eso siempre he querido borrarme… viajar mucho y
construir una vida en otra parte… y ahora estoy aquí… como idiota, organizando
encuentros, trayendo a esta ciudad estúpida a tipos indeseables que hablan pura
mierda… basura demasiado barata… tan así que no vale repetirlo… demasiado empapados de sí mismos y
queriendo a cada momento ser el centro de otros tarados que no invitaste… porque
de hecho… no sirven, sin embargo, siempre aparecen… no a la actividad, no a las
cagonas lecturas sino a la jarana posterior… trabajas para ellos y para los que
felan el ego de los payasos… uno hablaba de la pérdida de sus prejuicios
occidentales en la selva, no sé si en manaos o iquitos… y me acordé de Piglia
contando como Macedonio viajó a la selva y trabajó allá como cobrador de
impuestos o algo por el estilo y cómo toda esa experiencia de un paraíso
virgen, lejos de la sociedad fue el molde para su escritura… para alcanzar
aunque fuese inmaterialmente ese no lugar… ando en las mismas… por último, si
la selva no se tragó y vomitó a ese imbécil que no sé por qué culiada
recomendación terminé trayendo… al menos que me trague a mí como lo hizo con
Cova…
Recuerdo…
y no estoy muy seguro… aunque debe haber sido por eso que nunca le dije a mamá,
que la última vez que vi a mi viejo no fue cuando lo echo de casa, sino hace
cinco años cuando estaba a punto de embarcarme a México en gira de estudio.
Pasó a saludarme al aeropuerto de Santiago. Fue solo, pues su Jenny acababa de
tener a Sussy. Me tomó por sorpresa, me dio un abrazo un tanto torpe pero
emotivo, me hice el hueón pues estaban mis compañeros, sin embargo, me quebró.
Carolina se dio cuenta y buena onda como siempre sacó a los pajeros y sapos
rugbistas de allí. Era la única de ese lote a la que le contaba mis atados y
durante toda la secundaria fue la única persona además de mi hermano y vieja
que me importó en realidad. Era mi idea de lo que debía ser el amor. Era un
mono iluso, no tenía remedio.
…Me
observa tras un ventanal, han pasado muchos años desde esa tarde en Santiago… tarda
en reaccionar y parece considerar no prudente el acercarse. Saco el ticket para
pedir mi bolso, la cola es inmensa y los funcionarios del bus unos
incompetentes… un caos tolerable de cualquier modo.
Pienso…
qué hago acá… por qué estoy con ellos y los años de odio regresan… odio a todo
y todos… risas estúpidas… profesores de educación física que eran unos cojudos
como diría si hubiese seguido viviendo en lima, acá son unos simples culiados
igual que sus regalones los rugbistas… y las minas, grupis con comentarios
huecos de inclusión … iguales a los de estos que se autodenominan poetas… ello
no habla muy bien del gremio… estás bien brother… por qué esa cara, toma un
poco de vodka hermano o es que mi trago es demasiado barato para ti… el culiado
aburrido… déjalo a este cabrón… es un antisocial del carajo… pajero de mierda… pero allí estuvo ella… en
esos años fue la única razón para soportar muchos lugares indeseables y sábados
en la playa viéndolos beber, teniendo que tomar con estos y escuchar una y otra
vez los mismos chistes… pero luego no fue suficiente… además ellas siempre
prefieren a los chicos malos, al que ríe más fuerte… al imbécil que sólo sirve
para la carcajada y el doble sentido… chocando puños con sus compadres y dando
recetas para pasar la caña… y tú… tú eres demasiado grave para tu propio bien…
el tedio, el dolor, una pregunta que hiere y amarga a cuantos te rodean…una
jodida nube negra como ese personaje de Charlie Brown, el sucio, al que siempre
una bruma de polvo y mugre lo acompañaba…
Demasiado
harto del mundo… lo recuerdo bien… creí que la universidad sería distinta… no
hay salidas, sólo puertas que conducen de un cuarto a otro… y algunos tiempos
fuera que dan sentido y sobreponen la mierda que abunda…
…lucía
viejo, cansado, incluso gordo pero da la
impresión de ser feliz, muy distinto a como salió de casa esa tarde de sábado
cuando mamá lo echó cagando. Ese día fue una real cagada, el espectáculo más
patético que he visto. Gritaba que estábamos equivocados, que él nos probaría
que todo era mentira, que nos amaba y que el tiempo le daría la razón. Se llevó
su vida en una caja de cartón, me dio un abrazo y dijo que le daba pena lo
ocurrido, que era probable que no nos viéramos por un tiempo y que yo crecería
y eventualmente entendería todo. Me dijo con seguridad que estaríamos bien,
luego se subió a un taxi y los tres lo vimos partir. Rodrigo cargaba a su hija
recién nacida, Diego puso su brazo sobre mi hombro y yo no entendía mucho pero
no quise llorar, pensaba en mamá más que en él y sin dudarlo dije cuando el
taxi ya no se veía. –Este conchasumadre cree que somos huevones, se caga a mamá
y viene a decir que el tiempo le dará la razón. Rodrigo se empezó a reír y
entró a la casa. Diego me miró como diciendo, pendejo de mierda qué chucha
sabes de la vida…
Qué
sabes de la vida… piensas dejar derecho… no seas estúpido… abandonar tres años
de estudio… tres años de sacrificio… y cuál es tu plan a largo plazo. No
pensarás seguir con eso de la escritura… te digo al tiro que yo no me anotó
para eso… -(Entonces ándate a la
conchadetumadre) me hubiese gustado decirle a esa perra insensible… pero en ese
momento pensé que la amaba… tiempo después al topármela en la calle se lo diría
de forma más sutil… hacerle saber que me arrancó el corazón y lo lanzó a una
cesta… como esa vecina de Bart que prefería a Jimbo… ellas aman a los chicos
malos… a los estúpidamente malos… no me di cuenta pues a nosotros nos encantan
las locas de mierda … en el fondo estaba más peludo y viejo, pero seguía siendo
un mono culiado chico sin remedio…
Sabes…
no sé que quiero en la vida… Quizá no mucho… pero sé que no quiero… recuerdo
haberle dicho a Carolina esa noche en la playa… faltaban menos de seis meses
para terminar el colegio… no tenía idea que vendría después… no quería pensar
en ello y ahora que estoy por encima de aquellos días… parado, recordando,
yendo y viniendo… preferiría retroceder como Marty Mcfly y decirme al estilo
Biff Tannen golpeándome la cabeza… hey imbécil… hay alguien allí… hay alguien
allí… despierta…
-¿Cómo has estado hijo? Diego me llamó y me
contó que estarías por acá y que vas rumbo a México de gira. –Hablaba con
naturalidad, como si nos hubiésemos visto en la mañana y no hace tres años sin
mediar, aunque prometió que todo estaría bien, una puta llamada desde entonces.
Me
invitó a desayunar con su usual desparpajo, me compró un café que me quemó la
lengua y quiso hacerse el divertido. Estuvimos sentados en un doggy`s, yo dije
muy poco, me pasó trescientos dólares e hizo un gesto con las cejas. También me
regaló algunos de sus mejores consejos para pescarme a mis compañeras ebrias
pero siempre con cuidado por eso era necesario que comprara unos preservativos
pues nunca se sabe cómo se comportan las muchachas lejos de casa, incluso esas
que no te agarran ni para el hueveo pues te han visto por años como el pajeado
y raro del curso. Le di otro abrazo y no lo volví a ver hasta Lima y sólo
porque sentí la necesidad de hacer esa parada. … aún no me explico… quizá era
parte del efecto de dejar la carrera, ser dejado por una huevona que valía
callampa, o la nostalgia imbécil de un edípico al uso… así me calificó una
pendeja de psicología de la U que me invito a salir un par de veces… otra
lunática más para la colección…
-Estás
bien… algo te pasa -Sólo recuerdo que pude apoyar mi cabeza en el hombro de
Carolina, no quería llorar y tampoco quería estar vivo… ella puso su cabeza
sobre la mía e introdujo sus dedos por entre mi cabello y nos quedamos en
silencio viéndolos reír… ese ha sido uno de los momentos más grandes de mi
vida, semanas después empezó a salir con el tarado que organizaba las fiestas,
el capitán del equipo de rugby… ese día cuando Juan Carlos me lo contó… supe
que la única forma de borrarme era siendo escritor… Ahora ella tiene dos hijos,
vive con su madre y es psicóloga en nuestra ciudad, uno de los niños lo tuvo
antes de salir del colegio… nunca quiso decir quién era el papá… y yo… yo la
recuerdo y organizó encuentros literarios con sacos de hueva similares a los
que odiaba en esos años… fui un estúpido, les di demasiada importancia… la
suficiente como para que me jodieran…
muy parecido a lo que sigo haciendo al beber con los poetas y darles tribuna…
poco ha cambiado… al menos puedo contarlo…